El día en el que mi novia me dijo: Me gusta una cosa que es como un peluche pero no, porque a mí no me gustan los peluches. Es pequeño, sin patas y con la cabeza de un personaje Disney ; imaginé lo más parecido a una aberración.
Me quedé con el cuento y en uno de esos días en los que te apetece ser detallista me acerqué a la tienda Disney de La Illa Diagonal. Siendo fechas como las que son, estaba repleta de padres en busca de una presa y yo, allí en medio. Me fui aproximando a las isletas de muñecos y peluches lentamente y los vi en una especie de aparador de cartón que formaba columnas donde estaban apilados y clasificados por personajes los Tsum Tsum.
Los miro, tenían su gracia, pero los cojo y pienso: qué tiranía es esta de hacer muñecos sin patas, como si fueran croquetas.
Lo que sí era cierto es que el material era adorable y al cogerlos en la mano no sabías si acariciarlos o llevártelos a la boca. Seguí observando con recelo a los personajes y pensé en cuál de ellos le gustaría a Sarah, pero por otro lado quería que me gustara a mí y NO ME GUSTABA NINGUNO. De hecho, el precio me parecía desorbitado para semejante engendro (5€). – Info de última hora: los han rebajado a 4€, lo acabo de ver en la web. –
De la nada aparece una dependienta con ojos espitosos y me dice: ¿Sabes que esto sirve para limpiar la pantalla del móvil?
Desconcertada le presto mi móvil y con la barriguita de uno de ellos me limpia la pantalla que queda brillante y perfecta. Entonces pienso: vaya, parece que es un poco menos inútil que un llavero.
Y la dependienta sigue: Ah y aquí en la tienda estamos todos enganchados!
Pasa una compañera por al lado y dice : Sí, muy fuerte
Me miro a Pigglet y sigo viendo una croqueta rosa de felpa.
Lo cogí igualmente porque cuando te has recorrido todo un centro comercial en busca de un pequeño detalle que sepas que le va a gustar y acabas volviendo por segunda vez a la tienda Disney, estás sentenciada a pasar por el aro.
En caja, de nuevo, la dependienta me dice que “está enganchada” y me revela que es una App para el móvil para jugar y que van cayendo estos personajes así en forma croquetil/albondiguera, se apilan y vas haciendo cadenas que borras con el dedo. Le pedí que me lo escribiera en un papel. Fue un autoconvencimiento de que la compra de este bichejo inútil, tenía un valor añadido.
Susanita se lo descarga y se enamora de los gráficos con textura “felpa”, de la música de organillo de manubrio madrileño y de verlos moverse con el “ventilador”. Cuando grita “Ready” yo lo imito y me siento subnormal pero alegre. Cuando se ensucia la pantalla, la limpio con la albondiguilla. Yo, que renuncié a jugar a Candy Crush!
Los usuarios de LINE tienen la suerte de poder compartir corazones (partidas) y rubíes…pero no hace falta estar registrado para poder jugar.
Una semana después 4 de las habitantes de mi piso estábamos jugando y al borde del ataque de nervios. La quinta, básicamente no jugaba porque no se lo podía descargar, pero animaba diciendo “patitos, ahí están los patitos, ahí ahí”.
Por suerte, y para la tranquilidad de los papis, tienes 5 partidas y luego hay que esperar unos minutos para volver a jugar, de esta manera el cerebro no se te pudre ni tus ojos se vuelven pulgas en celo.
Ahora soy feliz. Mi compañera de piso Marian nos ha regalado un Tsum Tsum a cada una, tengo a Tiger, mi favorito.
Amigos invisibles, que sepáis que estas Navidades, hay filón con estos bichejos Disney! Y para colmo, van saliendo colecciones y personajes diferentes para descargar o comprar la réplica en peluche.
Os dejo el link para que curioseéis un poco:
http://www.disneystore.es/colecciones/coleccion-tsum-tsum
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Omnivoras 